Espuma de poliuretano
La espuma rígida de poliuretano es una materia sintética duroplástica, altamente reticulada espacialmente y no fusible. En las densidades habituales para aislamiento térmico, la espuma contiene solamente una pequeña parte del volumen de materia sólida (con una densidad de 35 kg/m3, solo el 3% del volumen aproximadamente es materia sólida).
Existen dos sistemas de obtención: la proyección que consiste en la pulverización al unísono de los dos componentes sobre una superficie, y la colada en la que se mezclan físicamente por batido.
Estructura celular
La espuma rígida de poliuretano obtenida por proyección presenta una estructura celular predominantemente cerrada. El porcentaje de células cerradas se sitúa por encima del 97%.
Densidad
La densidad de la espuma rígida de poliuretano por proyección para aislamiento térmico está comprendida y normalizada en las Normas UNE 92120-1 y 92120-2, según la aplicación entre 30 y 55 kg/m3, aunque para aplicaciones especiales puede utilizarse densidades más altas con 100, 200, etc., o más bajas (espumas acústicas) 10, 12, 15, etc.
Conductividad térmica
La alta capacidad aislante de la espuma rígida de poliuretano por proyección no se consigue en la construcción con ningún otro material aislante conocido. Esta característica especial se debe a la muy baja conductividad térmica que posee el gas espumante ocluido en el interior de las células cerradas.
De este modo, la espuma rígida de poliuretano producida in situ puede alcanzar un valor de conductividad térmica de 0,022 W/m•K. Debido a que las células no impiden totalmente la difusión de gases a través de sus paredes, este valor de conductividad va aumentando ligeramente con el tiempo hasta llegar finalmente a estabilizarse. En la práctica, se considera como valor de conductividad térmica de la espuma el obtenido después de 9 meses de envejecimiento (UNE 92120-1), 0,028 W/m•K.
Mediante la aplicación de recubrimientos que eviten la difusión de gases (barrera de vapor) es posible conseguir que la conductividad térmica de la espuma no presente alteraciones apreciables con el tiempo, manteniendo valores de 0,023 W/m•K.